Desde el expreso hasta un tiramisú, el café ecuatoriano es versatilidad que se saborea con el corazón
Una de las tradiciones que predomina, especialmente en Colombia y Ecuador -países cafeteros-, es despertarse y degustar una buena taza de café en esencia o tintico.
El café puede ser preparado para todo tipo de gustos y sabores, tales como el expreso, americano, latte, mocaccino, cappuccino, affogato, frappuccino.
Además es tan versátil que en los postres también se utiliza, como en tiramisú, tarta de almendra al café, mousse de café, entre otros.
Pero, ¿de dónde viene nuestra historia con el café?
La zona de Manabí es una de las más conocidas, debido a que los primeros cultivos a escala datan del año 1860 y provienen de este lugar y aunque no hay fecha exacta de cómo llegó al país, gran parte de los historiadores coinciden en que este se introdujo poco tiempo después de 1800.
En 1935, según datos documentados, dio inicio a la exportación regular del café, llegando a escalar en el año 1950 a un estimado de 335.000 sacos hacia el exterior y con el pasar de los años fue en aumento, lo cual generó que el país se ubicara entre uno de los mayores exportadores a nivel mundial.
En el país se cultiva el café en las tierras altas de los Andes como Cotopaxi, Cañar, entre otros. Es la única región que se dedica principalmente a la producción de café de especialidad como la caturra, típica, bourbon, típica mejorado e incluso el SL-28, aunque la producción no solo está en las montañas, también se lo cultiva en las regiones de la Costa como en Los Ríos, Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas, Manabí y en la Amazonía se siembra la variedad robusta, como también el café arábigo.
El café ecuatoriano se exporta actualmente a cerca de cincuenta países, siendo los mayores compradores Alemania, Argentina, Bélgica, Canadá, Chile, Colombia, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Países Bajos, Polonia y Suiza.
Tomando en cuenta desde el momento de la siembra de la semilla hasta la taza del degustante, pasa por una regulación exhaustiva y detallada dentro de los cánones impuestos por la comercialización y competencia que exige la globalización del producto para que nuestro café siga siendo elegido entre otros.
Por: Redacción El Costanero
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